miércoles, 7 de septiembre de 2011

Historias del Ángel Gris, de Alejandro Dolina

Dolina dijo lo siguiente: “Las mujeres son la causa de todas las acciones de los hombres. Hablo porque hay mujeres escuchándome…” esto me hizo pensar en que solo completo este blog con la aguda esperanza, de que mínimamente una hermosa mujer pase por aquí y experimente el placer de algún tipo de pasión, que de seguro no se vinculará con ninguna pasión mía, como pasa casi siempre.

Les dejo entonces algunas historias del libro “El Ángel Gris”  buscando con esto (como siempre lo busca este blog) un mundo con mas hombres sensibles y menos refutadores de leyendas.


Historia del que se desgracio en el tren

Jaime Gorriti tomaba todos los días el tren de las 14.35. Y todos los días se fijaba en una estudiante morocha. Con prudente astucia trataba de ubicarse cerca de ella y – a veces – ligaba una mirada prometedora. Una tarde empezó a saludarla. Y algunos días después tuvo ocasión de hacerse ver, ayudándola a recoger unos libros desbarrancados. Por fin, un asiento desocupado les permitió sentarse juntos y conversar. Gorriti aceleró y le hizo conocer sus destrezas de picaflor aficionado. No andaba mal. La morocha conocía el juego y colaboraba con retruques adecuados. Sin embargo, los demonios resolvieron intervenir.
Saliendo de Haedo, la chica trató de abrir la ventanilla y no pudo. Con gesto mundano, Gorriti copó la banca.
- Por favor…
Se prendió de las manijas, tiró hacia arriba con toda su fuerza y se desgració con un estruendo irreparable.
Sin decir palabra, se fue pasillo adelante y se largó del tren en Morón. Desde ese día empezó a tomar el tren de las 14.10.


Historia del que padecía dos males

En la calle Caracas vivía un hombre que amaba a una rubia. Pero ella lo despreciaba enteramente.
Unas cuadras más abajo dos morochas se morían por el hombre y se le ofrecían ante su puerta. El, las rechazaba honestamente.
El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
El hombre de la calle Caracas padeció ambas desgracias al mismo tiempo y
murió una mañana ante el llanto de las morochas y la indiferencia de la rubia.


Historia del hombre que sabía que iba a morir un viernes

Los poderes del Ángel Gris son muy limitados. Apenas si es capaz de humildes milagros de cuarta categoría. Por eso, cuando trata de favorecer a alguien, lo más probable es que lo reseque para todo el viaje. Una tarde, el Ángel le comunicó al farmacéutico Luciano B. Herrera que su muerte se produciría un día viernes.
     Al principio, el sujeto aprovechó el dato con cierta astucia: arriesgaba la vida sin temores en sus días de inmortalidad, mientras que los viernes se encerraba bajo siete llaves.
     Muy pronto el miedo comenzó a trastornarlo. Los domingos y lunes mantenía una relativa calma. Los martes y miércoles lloraba en silencio. Los jueves visitaba a sus amigos y parientes para despedirse de ellos. Los viernes enloquecía y suplicaba clemencia a los gritos. Los sábados se emborrachaba para festejar su buena suerte.
     Las cosas fueron empeorando. Herrera tuvo que cerrar la farmacia, cayó en la miseria y adquirió una merecida reputación de chiflado.
     Se suicidó un martes, ante el beneplácito de quienes sostienen la doctrina del libre albedrío.
     Los Refutadores de Leyendas pretenden demostrar la inexistencia del Ángel Gris con esta historia, que apenas alcanza para demostrar su ineficacia.

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En el mes de septiembre canal 7 va a pasar "Recordando el show de Alejandro Molina". El programa ya fue emitido por el canal Encuentro y la verdad que es un verdadero placer.


3 comentarios:

  1. Me gusta, Leandro. ¡Muy bien!
    Graciela

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  2. Gracias por la buena onda de siempre.

    Un beso, Leandro.

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  3. Me gusto, me rei mucho!!!!! con Historia del que se desgracio en el tren.
    Tambien me gusto lo de tu aguda esperanza en este blog.
    Beso! Daniela

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