martes, 5 de julio de 2011

El Cuarteto Cedrón y la Poesía


Hoy voy a compartir con ustedes algunas canciones interpretadas por el Cuarteto Cedrón. Este cuarteto por décadas ha musicalizado poemas de diversos poetas y ha cantado canciones que no son de su autoria pero que siempre tienen como estrella principal a La Palabra.
En el mes de julio el “Tata” Cedrón va a estar tocando todos los sábados en Espacio Ecléctico en San Telmo. Yo tuve la suerte de ir y es algo que los que aman la poesía o el tango no deberían dejar pasar.

Acá van las canciones y los poemas:



Milonga de Albornoz
Letra: Jorge Luis Borges
Música: José Basso




Alguien ya contó los días.
Alguien ya sabe la hora.
Alguien para quien no hay
ni premuras ni demora.
Albornoz pasa silbando
una milonga entrerriana;
bajo el ala del chambergo
sus ojos ven la mañana.

La mañana de este día
del ochocientos noventa;
en el bajo del Retiro
ya le han perdido la cuenta
de amores y de trucadas
hasta el alba y de entreveros
a fierro con los sargentos,
con propios y forasteros.

Se la tienen bien jurada
más de un taura y más de un pillo;
en una esquina del sur
lo está esperando un cuchillo.
No un cuchillo sino tres,
antes de clarear el día
se le vinieron encima
y el hombre se defendía.

Un acero entró en el pecho,
ni se le movió la cara;
Alejo Albornoz murió
como si no le importara.
Pienso que le gustaría
saber que hoy anda su historia
en una milonga. El tiempo
es olvido y es memoria.

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La cerveza del pescador Schiltigheim
(Lo mas bello que escuche en un largo tiempo, un hermosa poesía perfectamente captada y musicalizada por Cedrón)




Para que bebamos la rubia cerveza del pescador
        Schiltigheim.
Para que amemos Carcassone y Chartres, Chicago y
       Quebec, torres y puertos.
Los blancos molinos harineros y la luz de las altas
        ventanas de la noche
encendidas para los hombres de frac y para los
        ladrones.
Y las islas en donde los Kanakas comen plátanos
        fritos y bajo el sol
y bajo las palmeras, entre ágiles mulatas suenan los
       ukeleles.
Islas, dije, las islas, soles rojos, platillos para Darius
      Milhaud.
¡Tener un corazón ligero! Vale decir, amar a todas las
      mujeres bellas.
Y una moral ligera, vale decir, andar con gitanos
      alegres
y dormir en un puerto un ocaso cualquiera  y en  otro
      puerto y otro
y andar con suavidad y con desenvoltura de fumador
     de opio.
Para que a cada paso, un paisaje o una emoción o una
     contrariedad
nos reconcilien con la vida pequeña y su muerte
     pequeña.
Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos:
     decir, estuve,
estuve en tal pasión, en tal recodo. Estuve, por
     ejemplo,
en la feria de Aubervilliers una mañana, con un trozo
     de asado,
una amistad tranquila, la mesa clara, el perro, el buen
      hablar
y afuera, las verduleras de París chapoteando con los
      zuecos en la nieve.
Para que bebamos la rubia cerveza del pescador
      Schiltigheim
es necesario no asustarse de partir y volver, camaradas.
      Estamos
en una encrucijada de caminos que parten y caminos
      que vuelven.

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Canción de San Jamás
Letra: Berthold Brecht
Música: Juan Cedrón




Los que nacieron en cuna pobre
saben que un día se sentarán
en un trono enjoyado y dorado
¡en el día de San Jamás!

En el día de San Jamás
en un trono se sentarán.

La bondad tendrá precio ese día
ahorcaran a la dura maldad
y los pobres del mundo, señores,
tendrán panes y tendrán sal.

En el día de San Jamás
tendrán panes y tendrán sal.

Crecerán en el cielo las hierbas,
la piedra el río remontará
todos los hombres serán buenos,
el planeta un edén será.

En el día de San Jamás
el planeta un edén será.

Ese día seré comandante,
ese día serás general,
tendrá trabajo el desocupado,
la mujer pobre descansará.

En el día de San Jamás
mujer pobre descansarás.

Pero es muy larga nuestra espera,
por lo tanto esto ocurrirá
no mañana por la mañana, sino
antes que el gallo se ponga a cantar.

En el día de San Jamás
antes que el gallo se ponga a cantar.